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Abstract / Resumen / Resumo

ABSTRACT

This paper argues that in Latin America renewable energy and mining infrastructures are entangled in a logic of “green” extractivism that rearticulates coloniality through infrastructural violence. It grounds the analysis in a case study of the Sierra Norte de Puebla, Mexico, where a logic of hydroelectric extractivism entangles small hydropower and mining projects. This co-articulation of extractivist and green transition imperatives is reflective of a reconfiguration of the Mexican political settlement to make natural resource extraction compatible with, and even necessary to mitigating climate change. While presented as sustainable development by state and corporate actors, Nahua and Totonac land and environmental defenders resist these projects and call them “proyectos de muerte” to indicate that they threaten Indigenous lives, livelihoods, and territory. Through this analysis, the paper dispels the prevalent assumption that small hydropower plants cause minimal socio-ecological impacts. The findings also highlight the contested role of the state, illustrating that a state’s infrastructural power can perpetuate coloniality and infrastructural violence while also enabling political activism to effectively challenge these. The focus on small and sustainable infrastructure contributes to burgeoning research on “green extractivism” while the centering of power relations provides a corrective to the literature on energy and sustainability transitions.

RESUMEN

Este artículo propone que en América Latina las infraestructuras de energía renovable y minería se entrelazan en una lógica de “extractivismo verde" que rearticula la colonialidad mediante la “violencia infraestructural.” Este artículo sitúa su caso de estudio en la Sierra Norte de Puebla, México, donde una lógica de extractivismo hidroeléctrico entrelaza proyectos hidroeléctricos de pequeña escala y la minera. Esta coarticulación de imperativos extractivistas y de transición verde refleja una reconfiguración del acuerdo político mexicano para que la extracción de recursos naturales sea compatible y necesaria para mitigar el cambio climático. Aunque actores estatales y empresariales presentan estos proyectos como desarrollo sostenible, esfuerzos indígenas Nahua y Totonaca de resistencia y lucha por autodeterminación los han denominado “proyectos de muerte” para señalar que amenazan las vidas, los medios de subsistencia y los territorios indígenas. Mediante su análisis, este artículo disipa la suposición predominante de que las pequeñas centrales hidroeléctricas tienen un impacto socioecológico mínimo. Los hallazgos también ponen de relieve el controvertido papel del Estado, ilustrando que el “poder infraestructural” del Estado puede perpetuar la colonialidad y la violencia infraestructural, a la vez que permite un activismo político de disputarlas. El enfoque en las infraestructuras pequeñas y sostenibles contribuye a un cuerpo de investigación floreciente sobre extractivismo verde mientras que el papel central del poder en el análisis corrige el rumbo de la literatura sobre las transiciones energéticas y de sostenibilidad.

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