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Place-Based Politics, and the Role of Landscape in the Production of Mexico's Disappeared

Abstract / Resumen / Resumo

The Andres Manuel López Obrador (AMLO) government in Mexico is, within limits of what is perceived as beneficial to AMLO’s MORENA party, working in support of what have in the past more exclusively been citizen-led efforts to redress generalized violence. This government’s conditional support for historically citizen-led efforts tends to neglect a wider production of social vulnerability of which forced disappearance is symptomatic, which is evident through analysis of what we call landscapes of disappearance. By landscape of disappearance we mean the shape given to a place, or an idealized representation of place, that facilitates disavowal of responsibility for violence by territorial authorities, which is necessary for the production of disappeared people and for the perpetration of unaccountable violence. Through analysis of disparate examples, we show that attention to landscapes of disappearance allows us to understand 1) how territorial authorities produce a sense of place or give tangible form to space in such a way as to naturalize violence; and 2) how activists and organizers problematize scenes in which disappearance is made to make sense and accordingly politicize disappearance. This article also promotes an approach to geographical scholarship that accompanies political-strategic theory and practice.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en México está, dentro de los límites de lo que se percibe como beneficioso para el partido MORENA, apoyando las que en el pasado han sido más exclusivamente iniciativas ciudadanas para reparar la violencia generalizada. El apoyo condicional de este gobierno a esfuerzos históricamente liderados por la ciudadanía tiende a descuidar una producción más amplia de vulnerabilidad social de la que la desaparición forzada es sintomática, lo que es evidente a través del análisis de lo que llamamos paisajes de desaparición. Por paisaje de desaparición entendemos la forma que se le da a un lugar, o una representación idealizada del lugar, que facilita el rechazo de la responsabilidad por la violencia por parte de las autoridades territoriales, necesaria para la producción de desaparecidos y para la perpetración de una violencia inexplicable. A través del análisis de ejemplos dispares, mostramos que la atención a los paisajes de desaparición nos permite comprender 1) cómo las autoridades territoriales producen un sentido de lugar o dan forma tangible al espacio de manera que naturalice la violencia; y 2) cómo activistas y organizadores problematizan escenas en las que se hace que la desaparición tenga sentido y, en consecuencia, politiza la desaparición. Este artículo también promueve un enfoque de estudio geográfico que acompaña la teoría y la práctica político-estratégica.

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